No fue el viaje lo que me llamó la atención, sino la llegada, Vigo, de las emociones que diste entre reuniones y despedidas. Una inmensa metrópoli llena de parques, reservas e infinitas playas. Y el día termina con una cena italiana antes de despedirse de todos nuestros amigos de viaje y continuar en el camino.
Luca Casaburi